El Instituto Francés del Caballo y la Equitación (IFCE) y el INRA anuncian, por primera vez en Europa, el nacimiento de cuatro potros a partir de una transferencia de embriones genotipados y crioconservados. El objetivo de este trabajo es conocer mejor el desarrollo del embrión, controlar la reproducción de los animales de cría y mantener la biodiversidad de las razas. Predecir las características de un potro que va a nacer constituye además un activo importante para el sector equino. |
La tecnología para obtener embriones viables tras su genotipado y criopreservación ha sido desarrollada en el centro INRA Val de Loire de Nouzilly. Posteriormente, el verano pasado, se realizó la transferencia de varios embriones en el potrero de Haras du Pin, en el departamento del Orne (IFCE). Esta colaboración se materializa hoy en el nacimiento de potros sanos. Los embriones se recogieron siete días después de la fecundación en ponis hembra de tipo Welsh B del ganado del INRA. Dichos embriones fueron genotipados: los científicos tomaron muestras de células del embrión para analizar su genoma. En este experimento, la selección se basó en la determinación del sexo, con el objetivo de comprobar su viabilidad técnica. Seguidamente, los embriones fueron crioconservados en nitrógeno líquido a−196 °C e implantados el verano pasado en yeguas de silla del Haras du Pin. Los potros nacieron el pasado mes de mayo después de once meses de gestación y eran del sexo previsto: dos hembras y dos machos. Esta primicia europea representa la culminación de más de diez años de trabajo para los científicos del IFCE y el INRA y abre varias líneas de investigación relacionadas con el embrión. La conservación de embriones es muy compleja en el caballo, mientras que en bovinos, pequeños rumiantes e incluso en seres humanos es ya una técnica consolidada. No en vano, los embriones equinos son de tamaño muy variado: tras 7 días de desarrollo, su diámetro oscila entre 200 y 700 micras. Los de mayor tamaño son muy difíciles de crioconservar ya que el líquido que contienen se cristaliza cuando se les somete a una temperatura muy baja. Además, los embriones equinos están envueltos en una cápsula que dificulta su buena crioconservación. La posibilidad de conservar embriones en frío tiene varias ventajas. Puede ayudar, por ejemplo, a mantener la biodiversidad de las razas, en particular, de aquellas que cuentan con pocos ejemplares, como el poni landais o el caballo de tiro Poitevin mulassier. Por otro lado, la limitación actual del desarrollo de la transferencia de embriones está relacionada con el elevado coste que supone para un centro de transferencia el mantenimiento de una manada de yeguas receptoras, que deben estar sincronizadas con las yeguas donantes. Por tanto, la crioconservación permitiría aplazar la transferencia en el tiempo y realizarla solo cuando una receptora sincronizada esté preparada. Por último, también parece factible la regeneración directa de manadas que hayan sufrido pérdidas por problemas sanitarios o de otro tipo, sin tener que pasar por técnicas indirectas como el cruce con otras razas. El genotipado permite seleccionar embriones según diferentes criterios: el sexo (como en este caso), la ausencia de enfermedades genéticas identificadas o, posiblemente en el futuro, otros elementos relacionados con los rasgos de comportamiento, tales como la emotividad o la sociabilidad. Predecir las características de un potro que va a nacer constituye un activo importante para la industria equina. Los próximos pasos a seguir tienen que ver con la simplificación del proceso para que esta tecnología sea más fácilmente accesible y utilizable por esta industria. Fuente: INRA |