UN PROYECTO INTERNACIONAL DESCUBRE EL ORIGEN DE LA RESISTENCIA DEL MOSQUITO DE LA MALARIA AL INSECTICIDA DDT.
Cada minuto muere un niño en África a causa de la malaria. Aunque la mortalidad de la enfermedad se ha reducido casi a la mitad en los últimos quince años, la malaria o paludismo es una enfermedad presente en Asia, Latinoamérica y, en menor medida, Oriente Medio y algunas zonas de Europa. En 2013 el paludismo estaba presente en 97 países y territorios y según datos de la OMS sigue matando a más de 600.000 personas y afectando a más de 200 millones cada año.
La malaria es originada por parásitos del género Plasmodium que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados del género Anopheles, los llamados vectores del paludismo, que pican sobre todo entre el anochecer y el amanecer. Unas 20 especies de mosquitos del género Anopheles están descritas en todo el mundo como transmisoras de la enfermedad, insectos que se crían en agua dulce de poca profundidad (charcos, campos de arroz o huellas de animales) y cuya resistencia a los insecticidas tradicionales (DDT) ha supuesto hasta ahora un serio problema en el control de la enfermedad.
Pero un estudio internacional en el que ha participado el Departamento de Cristalografía y Biología Estructural del Instituto de Química Física Rocasolano (CSIC) ha demostrado que una mutación puntual en la enzima glutatión transferasa (GST) es la responsable de la resistencia del mosquito Anopheles funestus al insecticida DDT.
El estudio, que se ha publicado en la revista Genome Biology, muestra por un lado una correlación entre este marcador y las poblaciones de mosquitos que han mostrado resistencia al DDT en África y, por otro, que la mutación produce cambios en el centro activo de la enzima que permiten metabolizar este insecticida.
El Instituto de Química Física Rocasolano del CSIC ha trabajado precisamente en este último aspecto. Mediante cristalografía de rayos X, los investigadores han comparado la estructura de la GST procedente de un mosquito sensible y resistente al DDT. Las diferencias observadas muestran que la resistencia al insecticida reside en la capacidad de reconocer y degradar la molécula del DDT.
Este hallazgo proporciona una valiosa herramienta para monitorizar la resistencia del Anopheles funestus al insecticida en el continente africano y abre las puertas al desarrollo de nuevos compuestos más efectivos.
Fuente: CSIC