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23 enero 2014

NO DICE GUAU, DICE HOLA

Los perros parlantes ya no pertenecen solo a las películas, dibujos animados y aplicaciones para Android. Un grupo de investigadores escandinavos se propuso la tarea de sacar las mascotas fantásticas de las pantallas y meterles en la vida real. Y ahora ya están listos para enseñar al mundo la primera versión del No More Woof (no más ladridos), un dispositivo portable y externo que es capaz de traducir los pensamientos de los canes al lenguaje humano.
El proyecto puede sonar un tanto disparatado, pero sus creadores señalan que es bastante sencillo, puesto que se valen de mecanismos técnicos ya utilizados en otras áreas, como la electroencefalografía y la microcomputación. “La tecnología ya está ahí, lo que hacemos básicamente es empaquetarla de una manera diferente”, dice Per Cromwell, cofundador de la Sociedad Nórdica para la Invención y el Descubrimiento, el laboratorio que se dedica a desarrollar este producto.
Lo primero que hace el dispositivo es medir las señales eléctricas de la mente del animal a través de sensores de encefalogramas. Luego una interfaz computadorizada los convierte en palabras, que son proferidas por un pequeño altavoz acoplado al aparato. “Cada cerebro genera patrones cuando piensa, por lo que solo tenemos que mapear estos patrones e interpretarlos. En el caso de los perros, hemos logrado identificar y distinguir entre las sensaciones de cansancio, enfado, curiosidad y hambre”, explica Cromwell.
Aunque de momento los perros solo pueden expresarse con un único tipo de voz, los investigadores están trabajando para que haya un abanico de timbres y sonidos que se adapten a la raza y personalidad de cada can. Además, pretenden ofrecer el producto no solo en inglés, sino también en francés, español y chino.
Los investigadores trabajan en un abanico de timbres y sonidos que se adapten a la raza y personalidad del can
“Escuchar lo que está pensando un animal es un concepto fascinante, y poder comunicarse con ellos es un sueño para muchas personas”, opina Cromwell sobre el enorme interés que generó su proyecto. En apenas un mes consiguieron recaudar 20.000 dólares –el doble de la meta que habían establecido- para financiar su investigación. “Ha sido abrumador, debo decir”, dice el cofundador.
En la página de la campaña se puede aportar pequeñas donaciones o adquirir por adelantado un prototipo del producto. Hay cuatro versiones disponibles en la preventa, cuyos precios varían entre 65 y 600 dólares, de acuerdo con la cantidad de funciones y el grado de precisión del dispositivo. Los investigadores resaltan, sin embargo, que todos los prototipos iniciales (que los compradores recibirán dentro de dos meses) serán muy básicos: “Aunque estamos encantados con los resultados hasta el momento, nos gustaría enfatizar que este es un trabajo en proceso y no un producto acabado. Todavía”.
La Sociedad Nórdica para la Invención y el Descubrimiento es un pequeño laboratorio fundado por un grupo de comunicadores de profesión que descubrieron que “crear productos interesantes es mucho más divertido que hacer publicidad o relaciones públicas”. Además del No More Woof, se empeñan en desarrollar otros aparatos igualmente inusitados, como la alfombra que vuela por medio de imanes, la escopeta que dispara semillas de flores en vez de balas o el sillón hamaca que recarga tu tableta.
Fuente. El Pais Tecnología